Un libro a cambio de tu eCariño




Hace poco han desterrado de este nuestro eParaíso a una eciudadana –ni ella misma se explica el motivo- pero muchos lanzaron sus gritos al limbo virtual clamando “justicia para Arrak”. Dudo que obtengan respuesta. Halesios y sus admins hacen oídos sordos y más si los lamentos son en castellano, o en esa especie de inglés de manual que nadie domina a la perfección.
  
Nunca he comprendido que los eciudadanos desaparezcan así con un chasqueo de dedos pero… también mi eamiga Luna se fue a comprar tabaco y aún la estoy esperando. También Skaycita se ha ido…


Si echo la vista atrás, me encuentro que algunos no están y que a otros les he perdido la pista, aunque siguen flotando en mi pecera.


Hace un año, por estas mismas fechas, yo vivía bajo un puente. Era feliz trabajando de soldadora para mi ejefe que, por aquel entonces, me mandaba mensajes al terminal del ordenador del trabajo y también me obsequiaba con flores, como la que me dejó por Sant Jordi. Y es que por estas fechas siempre me tomo un descanso y dejo este eMundo para volver a la realidad
Mi viaje del año pasado fue surrealista, pero divertido.
Hoy la tecnología ha avanzado de tal forma que me teletransporto. Es más rápido pero más triste!


Como he quedado para una merienda en la playa y este tipo de citas nunca se sabe cómo acabarán, he decidido adelantar un par de días mi visita a los stands de libros; más que nada para evitar las aglomeraciones y la compra compulsiva e histérica que acomete a muchos –por aquello de mantener la tradición y el afán de llevar un libro entre sus manos para intercambiar por la codiciada rosa-.


Qué bello colorido y bonita disposición! A los humanos todo nos entra antes por la vista. Así, me encuentro atractivos ejemplares bien encuadernados y bien ordenados bajo la etiqueta de “más vendidos”, que es la mejor forma de llamar la atención pues ¿quién se va a parar a buscar por temas o por nombre de autor?


Me resulta curiosa la aglomeración en uno de estos sitios y me aproximo pensando que lo mismo se ofrece alguna ganga de interés pero me echo para atrás al vislumbrar el cartelito que anuncia “libros de autoayuda”. Por lo visto, algunos noobs perdidos en este eMundo se pelean por adquirir el último ejemplar de las guías de ayuda de la A a la Z que  Sumsura publica periódicamente 


Viendo el tocho de Sumsura y su estilo correcto y formal,  me pregunto qué tipo de lectura le podría gustar. Quizás le iría bien relajar las neuronas con algo para distraer la mente un rato y no pensar demasiado. Por casualidad, echando un vistazo aquí y allá, encuentro el libro que podría ser adecuado: 
sinopsis
Cerca de este libro descubro un ejemplar que me divirtió en su momento y me hace recordar a mi ejefe:  
sinopsis
Decido que se lo voy a regalar porque es mi ejefe adorado.


Repaso mentalmente lecturas que me hubieran apasionado alguna vez, por si acaso pudiera apasionar a alguien con ellas. Recuerdo una de mis preferidas  “La Insoportable levedad del Ser” pero no sé a quién podría obsequiar con ella. Quizás a Vokchan, quizás a LluisPomar, quizás al Sr. Kouzka…. quizás todos la deberían leer.


Mientras pienso esto, mis ojos se fijan en un libro que iría mejor para los gustos de Kouzka
sinopsis



Tema policiaco pero en un ambiente más gótico es “El nombre de la Rosa” 
Me lo llevo para Anárion aun a riesgo de equivocarme.






Luna ya no está pero si estuviera no dudaría en entregarle un ejemplar de   “Doña Flor y sus dos maridos”
Es divertido y el tema le va muy bien (carnaval, viudez, reencarnación, sensualidad …..) 


Las que sí que están son Ithilwen y Serket. Para ellas también he pensado un libro (porque las rosas, como digo yo,  te dejan un sentimiento perecedero, en cambio un libro siempre perdura). 



Pienso que Ithilwen disfrutará con  Delta de Venus Y espero que en privado me diga algún día qué le ha parecido.




Para Serket he escogido otro estilo. 
“La Reina del Sur” que puede leer en voz alta a Ballantines cuando estén a solas 











Me pongo más seria al pensar en Reiak. Me gustaría acertar con él y elegir bien pero… es difícil. Se me pasa por la cabeza  “La Metamorfosis” de Kafka pero descarto rápidamente esa elección y me decanto por una que seguro no me va a dejar mal: 
Los Estados carenciales
Para Catlander he escogido una obra casi poética 
Sé que la sabrá  apreciar pero se la voy a regalar en francés (así si tiene alguna duda me vendrá a preguntar).
sinopsis
Nada poética y muy desquiciante es la “American Psycho”que va perfecta para un personaje del calibre de Chimobayo.


Paso algunas páginas de unos cuentos curiosos que ofreceré a Guinovart


Casi un objeto
Busco en mi memoria lecturas enmarcadas en otras épocas o lugares porque sé que a Espaugyl le va ese tema y no dudo en regalarle 
sinopsis




Aunque sé que si le hubiera proporcionado un ejemplar de  “La lozana andaluza”estaría igual de contento.
                                                             












Galizalivre  y Eligius creo que se merecen este


Un título como “El beso de la mujer araña”me ha venido de golpe a la cabeza y he decidido que será para mi eamigo Bruno.


De nuevo pienso en LluisPomar. Miro cosas de Rilke, Baudelaire, Herman Hess, Camus…. Pero me acabo decidiendo por “Orlando”, que también regalaré a Mojo jojo23




Ahora me asaltan las dudas sobre si “En brazos de la mujer madura”será una buena elección para Spanish_Power 










¿Qué me quieres, amor? es uno de los relatos de este libro. 
Leo las primeras líneas y siento que  a Vokchan le va a gustar: “Sueño con la primera cereza del verano. Se la doy y ella se la lleva a la boca, me mira con ojos cálidos de pecado mientras hace suya la carne. De repente, me besa y me la devuelve con la boca….”


Se me está haciendo tarde y pienso en tanta gente que voy a necesitar un carrito para llevar mis libros. Cojo el último y me dirijo a la playa
sinopsis
A medio camino me vuelvo. Me había olvidado de Luisdelafanta (perdón,  Luisdelasanta).  Para él estas recetitas literarias  




Llego tarde y la playa está desierta. Muy próximo a la orilla, un cuerpo me reclama alzando los brazos. Aún me espera. Me acomodo a su lado. A la luz de este atardecer veo que sus rasgos son más aniñados de lo que me parecieron el otro día en la semipenumbra del café. Tiene una sonrisa sincera y abierta, cálida como su  mirada. A veces me dice algo, ríe y calla mientras me observa. Pero hoy soy yo quien le escucha a él. Mientras me habla mordisqueo uno de los brioches que ha traído para merendar. 
Acompañados por la cadencia rumorosa de las olas, el atardecer es muy agradable. Pero una vez que se oculta el sol, el ambiente se humedece y es más fresco. Es lo que tienen los atardeceres de abril en Catalonia. 
Me rodea con los brazos, pues le parece que tengo frío,  y aproxima su cuerpo al mío. Mezclado con el salitre del mar percibo la fragancia que desprende. Es entonces cuando le digo que tengo un obsequio para él, al mismo tiempo que le advierto que no lo puede abrir hasta el día de Sant Jordi.
Sorprendido pregunta qué es y, de repente, me doy cuenta de que ni yo misma sé si le estoy entregando el libro escogido para él, puesto que  todos están envueltos con el mismo papel de regalo.


Con el obsequio en las manos, aproxima su cara a la mía y le oigo decir que él no puede esperar a mañana y que posa su regalo en mis labios “porque una rosa se marchita pero la sensación de este beso quedará para siempre”.






Sumergiéndome en tu pecera


El otro día, como de costumbre, estaba trollendo. Me refiero al concurso de Miss eEspaña 2011 cuya expectiva de vida P.C (Pre-Chocopoint) fue de aproximadamente 40 minutos. Me pasé la tarde abriendo privados a mujeres de dudosa belleza para incitarlas a participar en mi concurso a sabiendas de que el lulz entre el público masculino iba a ser enorme. A una de las chicas a las que le abrí el privado, extrañamente, no era de una república bananera, ni un shemale ni un Master del Photoshop. Era distinta. Era interesante.
Por ello, amigos, enemigos, trolles, momios, bananeras, jews, shemales, multis y demás fauna de este eMundo, os presento a Lantanique.

Me encuentro con ella en un Café no muy concurrido, con un toque bohemio. Cuando la veo aparecer por la puerta veo a una chica de aspecto frágil y sensual. Sin duda es ella porque se queda dubitativa mirando hacia el interior. Me incorporo y la saludo con la mano. Y observo cómo se acerca hacia mí, caminando despacio y sorteando con sus caderas una mesa con la que casi tropieza. 

Su voz es muy suave, se nota que es tímida, y acercándome le beso la mejilla, tras presentarme. Nos hemos sentado en una mesa situada en una esquina sombría bajo la luz ténue de una lámpara que nos proporciona una sensación de proximidad especial. Unos cafés, solos, nos acompañan.



[AUTOR] No he podido evitar observarte de lejos y me preguntaba como habrá llegado una chica tan delicada como tú a esta eRepublika de tiburones.
- ¿Quieres saber cómo es que estoy en este eMundo? Vine por eamor. De hecho cuando llegué me pareció un lugar para idiotas pero accedí a quedarme porque adoraba a la epersona que me introdujo en él. Al principio sólo fui una cliker con la que él se cabreba porque a veces me olvidaba de hacer las tareas diarias. Me sentía muy sola porque no hacía eamigos. No me fiaba de nadie, así que cuando me sugirió que editara un periódico me animé y pensé que sería un buen medio para poner a parir toda esta tontería social para inmaduros. Sólo confiaba en mi eamigo pero era un impresentable que jamás estaba cuando lo necesitaba. Así que conocí a mi ejefe y entonces todo cambió. Ya empecé a hablar con más gente. Ya empecé a aprender a ser autosuficiente y fue entonces cuando mi amigo impresentable, un auténtico zoquete, empezó a sospechar que yo me estaba espabilando demasiado y que iba a descubrir la verdad.

[AUTOR] ¿ Qué verdad?
- Lantanique sólo quiere que la quieran y fue muy duro descubrir, un tiempo después, que ese amigo al que tanto adoré lo que había hecho era meterme en un psiquiátrico con nombre de juego social. Ahora ya lo he aceptado, e incluso me gusta. Me siento como en una pecera, porque soy diferente y por eso me monto mi mundo personal. Si ya nunca saldré de aquí qué mejor manera que compartir mi evida con otros enfermos mentales que, como yo, han quedado atrapados. Algunos no tienen valor suficiente y se esuicidan pero yo de momento sigo aquí.


[AUTOR] Has escrito una serie de relatos (Gallego_Reconquistador Seal of Approval) en los que nos cuentas vivencias tuyas. ¿Hasta que punto es eRepublik y hasta que punto es inspiración de la VR?


- Las cosas que me pasan aquí se parecen a algunas que recuerdo de mi VR anterior. Quien construyó este eMundo lo calcó de la VR, así que no es tan original como algunos dicen, aquí existen los mismos prejuicios, sólo que como estamos enfermos nos ponen el tratamiento y nos olvidamos al poco rato. Por ejemplo, las guerras están prescritas para los psicóticos, que son la mayoría, pero yo a veces también paso por esas sesiones, cuando siento que la cabeza se me va con manías obsesivas. Aquí los más tocados por la mala evida son los trolls: les hicieron una lobotomía y quedaron mal para siempre.

[AUTOR] ¿Crees que este eMundo sirve como una forma de tener una segunda “oportunidad” en la vida a los individuos que en la VR viven vidas totalmente marginadas, secundarias, tristes?

- Segunda oportunidad, de qué? De que te devuelvan a la VR ya curado? No, en todo caso produce una euforia momentánea que puede desembocar en frustración si no lo sabes llevar bien. Aquellos que no han tenido una VR sana sufren el choque con la cruda realidad que hay en una red social. De hecho el juego no aporta nada. Bueno a mí sí, porque me invento mis historias y mis neuronas y mis fluidos trabajan, evitando que me oxide y me enferme más.
 Pero por aquí hay mucha gente sin la personalidad formada todavía, mucho ser inmaduro, y algunos casos de trastornos bipolares. Pero estos ya no tienen remedio. Han alimentado la sensación de ser el mejor amigo, el más bueno, el más comprensivo y no es cierto.Nadie es todo eso de verdad aunque, eso sí, puedes hacerlo creer mientras no te descubran, porque aquí puedes ser quien quieras ser. El más inútil es aclamado y como estás enfermo ¿qué más da si te lo crees?

[AUTOR] ¿Hasta que punto a las chicas del eMundo les gusta meterse en el papel de una "Look at me, I´m a attention whore" ?

- ¿A qué mujer no le gusta sentirse admirada? A mi no me acosan, y si lo hacen, tengo suficiente capacidad para responderles.
En este eMundo hasta un tío puede ser Kate Perry y hacer lo que te de la gana. Yo misma podría ser un camionero que habla catalán porque hace transportes de verduras de Almería a Barcelona cada semana. Pero realmente lo que soy es estupenda, aunque muy pocos lo saben.

[AUTOR] Volviendo a tu faceta de escritora, ¿qué reacciones buscas en tus lectores con tus relatos con tintes eróticos?
- Por supuesto sería una ilusa si dijera que quiero llegar a esa estúpida meta de la MM. Me gusta, eso sí, que me los comenten. Me gusta comprobar la capacidad de respuesta de esos salidos. Y es que la evida aquí es demasiado triste y aburrida. Y noto que la gente escribe sobre lo mismo y redacta muy mal. Muy pocos tienen imaginación y la imaginación es lo quiero que, como enfermos mentales que somos, nunca perdamos.

[AUTOR] ¿Alguna vez has escrito un relato y después no atreverte a publicarlo por el “que dirán!”?


-  No. Adapté un relato que un eciudadano me dedicó a mí en privado. Ése relato iba mucho más allá que el mío pero quise que supiera que me había gustado y publicar una adaptación con mis palabras fue la mejor manera que encontré de agradecérselo. Tristemente me lo borraron y me regalaron un chocolatina que es demasiado amarga y estoy esperando que se caduque de una vez.


[AUTOR] En un relato aludes a un pagafantas. ¿Alguno ha tenido éxito con Lantanique? ¿Te gusta la Fanta?

-Antes que la Fanta prefiero la Swesppesh. La Fanta me gustaba de adolescente, ahora prefiero bebidas con algún grado de alcohol. Me hacen muy divertida.
¿Qué problema hay con los pagafantas?, algunos son adorables.
Hablando de eso, recuerdo que tengo una cita pendiente con uno por cam. Es que Halesios tiene ecelos y siempre me la encuentro desconfigurada así que no me funciona bien.

[AUTOR] ¿Qué es lo que más valoras a la hora de escoger tus eLecturas ¿Nos reomendarías algún periódico?

- Que sean imaginativos, críticos y divertidos. En general leo las burradas de todos los que están en mi pecera y publican algo. Últimamente LA AVUTARDA era mi preferido. Su autor escribía muy bien. Lástima que lo dejara. A veces pienso que lo veo cuando leo lo que me escribe Espaugyl, pero nunca lo sabré.

No necesito estar suscrita para leer asiduamente un periódico y aunque lo esté no lo voto si no me gusta lo que pone. Mis autores preferidos son Ballantines, Galizalivre, Mojo jojo23 y Sumsura. Me he reído con las tonterías inteligentes de Sombrax, al que tenía un cariño especial por esa tensión sexual no resuelta que tuvimos. Catlander escribe muy bien en catalán y en castellano, lástima que se dedique más a la política. Hubo un tiempo que leía a Jesser pero sólo por criticarlo y meterme con él. Y de los que ya no están y leería sin dudarlo porque era bueno es Macondo, no por las Cierzografías, sino por todo lo demás.
Puede que me olvide de otros, ahora no caigo..

[AUTOR] ¿Porque has acudido a mi llamada para esta entrevista?, soy un tipo polémico y políticamente incorrecto.

- Ah sí? Pues nunca había oido hablar de tí. Debes ser todo eso que dices en círculos muy reducidos. Si he aceptado venir es porque me lo pediste con gracia. Te sabes vender muy bien y normalmente no rechazo una cita. Soy muy curiosa y mi emédico me ha aconsejado que sacie mi curiosidad en todos los aspectos. La evida es muy corta y más vale arrepentirse de lo que has hecho que no de lo no has hecho.




[AUTOR] ¿Que nos podrías contar sobre el tipo de la 133?

Nada que no sepa nadie que haya leído mis relatos. Es un epersonaje muy importante en mi evida, pero no es el único, también está el gondolero y Halesios, y algunos más...

[AUTOR] ¿Te han ofrecido ematrimonio? ¿Está en tu mente?

- Sí, claro. Lantanique tiene algunos epretendientes que se le han insinuado pero siempre lo consideré una tontería, en un psiquátrico no tiene razón de ser. De todas formas, alguien sabe que contestaré “sí kiero” cuando me lo pida formalmente o me dé la respuesta que quiero escuchar.




Mirándola pienso que no me interesa para nada esta entrevista y que la estoy alargando con preguntas estúpidas porque sólo quiero tenerla allí conmigo.

[AUTOR] Si te soy sincero te he traído aquí porque ...

- .... Porque necesitabas conocerme. Sentiste un mordisco en la entrepierna al leer mis relatos y quisiste comprobar si esa misma sensación se sentía también al verme en carne y hueso.

Lantanique acerca sus labios a mi oído y me pregunta suavemente: y lo he conseguido?



Un escalofrío me recorre el cuerpo hasta la entrepierna.


[AUTOR] ¿Te he dicho que tengo un magnífico sofá?
- ¿De cuero negro?





Ahora soy yo el que se acerca a la mejilla de Lantanique y le susurra al oido: Quieres comprobarlo por ti misma?




Y ella me mira unos segundos fijamente a los ojos y esboza una sonrisa que me hace sentir que la tengo en el bote.
Mi mente se despista de sus palabras imaginando escenas tórridas entre sus brazos , porque viendo el movimiento de su boca mientras me habla en lo único que pienso es en cómo esa lengua jugaría con la mía
...

La oigo decir que se tiene que ir y que ya nos veremos mientras me da un par de besos de despedida. Me da la espalda y veo cómo esa figura 84-60-85 se aleja. Estoy de pie, viéndola marchar y tratando de recuperar en el disco duro de mi cabeza las frases insinuantes que no consigo recordar.


Adiós nena...


No puedo despedir este relato sin mentar y agradecer la colaboración de Lantanique que ha dedicado mucho tiempo e ideas para que esto haya visto la luz. Ha sido una gran experiencia haber colaborado con ella y sin ti, Lantanique, esto no sería posible. Petonets 



Efecto Placebo


Hay personas que primero te tiran un cubo de agua fría para después venir corriendo a secarte con una toalla en nombre del aprecio y la amistad. Y tú lo soportas medianamente bien porque hace tiempo que descubriste que hay personas que siempre estarán solas, bien porque no saben lo que quieren o quieren lo que no deben; algunas sencillamente no saben querer o lo que es peor quieren y ni siquiera lo saben. 


Mi emédico con pinta de tuareg me calma esos agravios que sufre mi espíritu. Siento que lo conozco y que él me conoce también. Su atenta mirada me escucha mientras sus palabras me recorren el cuerpo y produce en mí ese efecto placebo que me ayuda a seguir en este eMundo. 


Y cuando salgo de la consulta miro la evida de otra manera. Vuelvo a dejar que la emoción del momento me sorprenda una vez más. Que se produzca esa chispa que salta cuando conoces a otros individuos con la única intención de distraer el alma y consolar el cuerpo, aun sabiendo que es una emoción pasajera, que se disipa muy rápido si no la sabes mantener, pero que a pesar de todo acabará disipándose un día u otro.




Mensaje de mi localizador:
-Me dejó a  deber 100 besos. La espero a las diez en la puerta del Antro, no se retrase.


No llego a las diez, claro. Me he estado poniendo y quitando ropa durante toda la tarde. 
Justo media hora antes de salir, decido cambiar la indumentaria, a sabiendas de que eso trae mala suerte, pero con la esperanza de que esa noche no suceda nada malo pues la decisión de cambiar la hice antes de salir por la puerta, y con esta explicación me convenzo a mí misma de que todo me irá bien.


Por un momento dudo de si el tipo alto que me espera a la entrada del local es mi ecita o es el portero al que le han otorgado el don del permiso de admisión. Y es que soy fatal para las fisonomías pero su sonrisa al verme llegar me confirma que es él quien me espera.
Me disculpo por el retraso. Muy amablemente me justifica diciendo que estoy dentro de los diez minutos de rigor. Por supuesto él ni se imagina cómo he corrido calle abajo, a riesgo de acabar en el suelo por culpa de los tacones, ni cómo he padecido dudando de mi olor corporal.


-Huele usted muy bien, Lantanique. Con esa frase me siento como si me hubieran leído el pensamiento y hago amago de olerme a mí misma… notando que sí, que huelo bien.


Mi ecita me tiene preparada una sorpresa en su casa. Es una trampa bien estudiada porque no puedo poner excusas. Al fin y al cabo ¿por qué no dejar que esa emoción siga su curso?


Su casa tiene unas vistas estupendas de la eciudad. El balcón es circular. Me doy cuenta que ha colocado un par de butacas y una mesita velador justo delante de las puertas correderas de su habitación. Me ofrece una copa de vino de aguja, rosado, fresco y con un toque afrutado. Sobre la mesita hay unos cuantos canapés para degustar con el vino. 

Y transcurre el tiempo ocupado por nuestras voces y algunos silencios. 
Mirando de salvar esos tiempos muertos me saca a bailar y yo, para disimular su proximidad, le digo que había pensado en traer cerezas para el postre pero que aún no es el tiempo. Pero mi ecita no me deja seguir hablando porque me arrastra hasta una de las butacas y me sienta en su regazo. Se estira un poco acomodándose y sus manos van acariciando mi nuca venciendo mi cabeza hasta acercar mis labios a los suyos. Y sus besos son muy suaves. Me llenan toda la cara, se detienen en mis ojos, se concentran en mi cuello y se deslizan hasta mi boca. 




Soy ligera entre sus brazos y me veo en volandas transportada hasta la cama. Boca abajo sólo siento placer, un placer que me hace perder la orientación de si es su mano o su lengua el que me lo provoca. Me  habla al oído “Quédese conmigo esta noche”




Quédate conmigo esta noche, Lantanique. No me digas que te tienes que ir ya. Me lo estás diciendo y no quiero escucharlo. ¿Por qué no despertarnos y desayunar juntos? 
¿Por qué no puedes?.




Me gusta desayunar sola. Hubo desayunos inolvidables junto a alguien una vez pero ya no los hay y con otros no pueden ser igual.




Sentada en la cocina remuevo el café y reviso los mensajes del  localizador. Mi ecita me da los buenos días y me recuerda un resto de la deuda de los 100 besos por lo que no puedo rechazar un próximo encuentro. 
Es un tipo encantador, un placebo para mi corazón.


Entre los mensajes hay una petición de eamistad sinceramente original.


Buenos días querida,
Estaba leyendo tus historias y he llegado a ésta: ”Hogar, dulce hogar”
Nunca pensé que eRepublik me causaría una placentera sensación y tú querida Lantanique lo has logrado con unas simples palabras. ¿Te parece poca razón para querer agregarte?
Me atraes y quiero saber más de ti. Quiero tu rostro. Puede que no sea original, pero soy sincero.
Besos, chica del sofá.


Lo he citado en el República Café a la hora de la sobremesa. Yo también quiero saber más porque sufro de paranoia y ciertos términos en su lenguaje me recuerdan a otro eciudadano  que parece que me olvidó remando en otras aguas.



Te necesitaba


Pero te fuiste. Y todavía no has vuelto.


Casi todos estos días la ciudad se ha despertado nublada. También mis ojos se han nublado algunas mañanas y he visto cómo las lágrimas se estrellaban contra el cristal de la pantallita del localizador, sufriendo el mismo efecto que sufren las gotas de lluvia cuando se golpean y caen blandamente vencidas por el cristal de la ventana.


Pero a pesar de esta nubosidad variable, todos los días, además de trabajar, he entrenado y luchado -e incluso he cumplido algunas de esas estúpidas misiones-. Todo con un único objetivo: agotarme la evida. Y es que se ha vuelto tan aburrida que pienso que si me canso me puedo olvidar, de mí y de todo lo demás, hasta el punto de desaparecer.




Halesios, que me observa muy de cerca, se ha dado cuenta y temiendo un posible efecto dominó en el resto de la sociedad ha puesto a trabajar a todas esas mentes privilegiadas (lideradas por un tal Plato) para acabar haciéndonos un maravilloso regalo: una despensa de dimensiones descomunales. 
Esta mejora me inquietó: ¿dónde voy yo con un almacén tan exagerado? Ni eviviendo eternamente lo voy a llenar! Estuve a punto de enviarle un amable mensajito a su buzón para sugerirle que pusiera también un botón de  esos “me gusta” y otro de  esos “no me gusta” y así nos facilitaría el trabajo a nosotros y a sus cabezas pensantes.


Luego me calmé. Abrí la despensa y me decidí por un bollito de chocolate para saciar la angustia de mi esoledad. Pero el resultado fue terrorífico: me comí los seis bollos Q5 sin pestañear. Vamos que picar algo entre horas es sinónimo de engullir y apetecerme una cervecita es trincarme el pack de seis… 




Mi ansiedad aumenta de grado  al descubrir que me lo trago todo y que encima cometo ese acto con nocturnidad, aprovechando que en la oscuridad de la noche nadie me ve.
Me doy miedo.




Lana ya me ha avisado: como aumente un solo gramo mi índice de masa corporal me impondrá la tabla del Napoleón.  Y eso duele, sobre todo en el bolsillo, porque Lana cobra, no hace favores.




Yo sé que en realidad todo es una estrategia bien estudiada por parte de Halesios para que despilfarre mis ahorros: Compro compulsivamente para saciar la ingesta compulsiva de alimentos, entreno diariamente para rebajar grasas y poderme lucir en las batallas ayudando a mi ePaís con lo cual consigo prestigio y gold que es, en definitiva, lo que necesito para seguir gastando compulsivamente en este juego compulsivo.


Tanta compulsión me harta. Estar siempre esperando, también. La ilusión se está convirtiendo en obsesión así que, para seguir esperando nada, mejor salgo a la calle.




No lo había notado hasta ahora pero las calles rebosan de euforia primaveral. Debo ser la única que no la padece y así me lo hace notar un eamigo que, desprendiéndose de los brazos amorosos de sus adorables vecinitas, se me acerca y me pregunta si me pasa algo. 
Él está tan pletórico de felicidad que lo ha ido anunciando en periódicos y foros, en gritos públicos y mensajes privados. 




Se siente tan querido que se extraña de mi frialdad y mi comportamiento distante con él. “Háztelo mirar, Lantanique… ¿tienes algún médico de confianza en esta eciudad? Deberías ir porque tú no estás bien” Y azuzado por sus tres amazonas se aleja diciéndome  “ya hablaremos cuando quieras, que ya sabes que yo no  tengo prisa”. 
Que no tiene prisa siempre lo dice, ya me quedó bien entendido.


Si estoy en la consulta de un especialista no es por las palabras de ese pagafantas adorable, es porque mi evida aquí ya es suficientemente complicada como para dejar que encima me cambie hasta el metabolismo.




Mientras aguardo, echo un vistazo a las publicaciones escampadas sobre la mesita de la sala de espera. Busco algo que apasione mis retinas. Últimamente a muchos les ha dado por hacer entrevistas, modalidad periodística que está inundando nuestras páginas de papel couché y que ha dejado en un segundo plano los ratos de cotilleo de otros canales al uso. Y me deleito visionando al presidente demoniaco que aparece en un [url=http://www.erepublik.com/es/article/el-chico-ecosmo-sexy-del-d-iacute-a-es-trico-1734897/1/20]  eCosmopolitan[/url], publicación ilustrada con imágenes de personajes ereales que me entretienen la espera y la vista.


La enfermera me hace entrar en una habitación, me pide que me desvista y desaparece por una puerta lateral. ¿Qué me desvista? ¿Y qué me quito? 




Un tipo con mascarilla y guantes me viene a buscar “Oiga que he pedido hora con el endocrino, no con el cirujano”, le digo tímidamente. Pero su respuesta suave y consoladora es que me relaje. 
Me ayuda a tumbarme en la camilla y me dice: “Si me necesitaba, aquí estoy. La escucho. Hablemos de cosas”.




Jamás me ha atendido un médico mostrándome sólo sus ojos, fijos y penetrantes (¿será islamista integrista?). Se me figura que esa ropa verdosa que lo cubre es en realidad azul, como la de  un tuareg, y creo que me está hipnotizando y me entra la paranoia por si me acaba secuestrando en su casa.