Viaje por los paraísos mentales




Day 1466 of the New World

Cada semana espero la llegada de Lantanique a nuestro local en el foro para asistir a la reunión de jueces y votar por los mejores artículos semanales. 
En algunas ocasiones nos hace reír con las denominaciones que utiliza para clasificar algunos textos, tipo: publicidad encubierta, oda al amigo, consejos bricosubsistencia  (que es como cataloga a esas  guías del  “tú también puedes conseguirlo como yo” o  el “te-vá- a forrar- sígueme”.  
Por mucho que le hemos explicado que se acepta todo artículo recibido porque el objeto del concurso es  mejorar el módulo periodístico, incentivando el acto de escribir, ella no acaba de entenderlo. O si lo entiende, no lo comprende. 

Yo disfruto con sus comentarios y más si los escucho  de su boca , mirándola a los ojos. Por eso me alegro cuando la veo venir. 
Hoy el viento le revuelve el cabello y su gesto airado le da un aspecto de medusa mitológica. 

Algunos mechones se le rebelan como la hojarasca caída de los árboles,  y la luz del día les da una tonalidad otoñal, acorde con el ambiente que se vislumbra desde mi ventana.








Pero hoy no traspasa la puerta. Se queda en la entrada  y, con el localizador en la mano, la veo dar media vuelta y alejarse deprisa. 
Se la lleva el viento y se me escapa la ocasión de pedirle una cita como aquella otra vez,  hace más medio año.

 Day 1241

“Se estaba retrasando pero casi lo prefería  porque así la ví llegar con aquel contoneo apresurado. Avanzaba calle abajo a paso ligero e  inseguro. Sus tobillos hacían doble esfuerzo para no torcerse y mantener el equilibrio.
En principio la había convencido para tomar algo en aquel local donde la cité, pero le cambié los planes por una cena íntima en mi casa, sin posibilidad de rechazo: velada al aire libre con canapés, vino de aguja, música ambiental…todo adecuado.
Recuerdo que hubo momentos de silencios por lo que decidí aprovecharlos y, acercándola hacia mí, haciendo el gesto de bailar con ella, la senté en mi regazo. 
Todo se sucedía más rápido de lo esperado y  me encontré comiéndonos a besos, la  cara, los ojos, la nuca. Recuerdo cada movimiento, el olor de su pelo y hasta su respiración pero no recuerdo cómo fue que nos vimos en mi cama. Ella boca abajo, mi cuerpo sobre el suyo, mordiendo, chupando, buscando con mis manos  los pechos, acariciando la cintura, bajando hasta su sexo, jugando con él.
Me acoplé a ella convencido de que se quedaría conmigo toda esa noche. Mis palabras quisieron alojarse en su mente igual que lo hacía mi sexo en el suyo,  por eso no paré de susurrarle al oído: Quédate esta noche, Lantanique, quiero verte disfrutar, quiero f….”

Una voz me saca de mi ensimismamiento, gritándome que empezamos la reunión sin ella:  Ha dejado sus votos y un adiós en el buzón.

***

Cada noche Lantanique se despide del eMundo con sus “hasta siempre” dirigidos a todos aquellos que la aprecian.


No quiere que la olviden y los admins, que lo saben, cada día inventan algún contratiempo para no dejarla marchar.

El localizador parpadea  emitiendo un mensaje flotante de S.O.S. 
Como si esas siglas tuvieran algún poder hipnótico, impulsada además por fuerzas ajenas, (dígase viento que te lleva de lado a lado y no te deja discernir, o dígase deseo de cosas imposibles, pues  la esperanza de un reencuentro con el de la habitación 133 siempre está en su mente),  Lantanique  no opone resistencia y en un abrir y cerrar de ojos se encuentra camino de Brasil, al menos eso dice su localizador.

***

Que no progreso adecuadamente ya lo sé, pero que me obliguen a avanzar en mis progresos trasladándome de forma imprevista y automática sin dejar ni que me cambie de ropa, es algo que clama al cielo.



Vestida para la fiesta del concurso periodístico, con medias de rejilla carísimas, me encuentro dentro de la cabina de un camión, circulando de manera atropellada en medio de una jauría de PERROPLÁTANOSSSSS.


Seguro que estoy soñando, porque todo esto no es normal.
¿Qué hago yo conduciendo este armatoste  si a mí me  ATERRORIZA conducir? Estoy soñando, seguro.

Me intento concentrar imaginando que fulmino marcianitos con la Nintendo.  Así que, chillando y dando  bandazos al volante de aquella lata con ruedas,  intento esquivar el máximo posible de chuchos amarillos que se interponen en mi camino con sus ladridos histéricos.
Pido perdón a cada uno de los que dejo aplatanados en el pavimento, bajo las ruedas de esta lata ambulante,  porque me parece que sus ladridos eran consecuencia de mis gritos.

¿Por qué llevo un vehículo de distribución de refrescos y no un carro de combate, que sería lo suyo?   Estoy soñando, seguro.



No sé de qué me sirve pertenecer a Gudariak. Me siento abandonada a mi suerte. Voy sola a las misiones sin el respaldo de mi milicia. Nunca me dotan de material bélico ni me proporcionan tanques para mis incursiones.  A veces creo que me han aceptado para que dicha organización cobre una bonificación por acoger a mujeres con riesgo de exclusión (en este  eMundo todas lo somos, porque somos minoría)

Un poco más calmada me fijo en mi localizador que me indica el objetivo de la misión: Recuperar el cuerpo, con o sin vida, del eciudadano  Espaugyl, corresponsal de guerra perdido en algún lugar de este territorio brasileño.

Un video me da una idea del aspecto que este tipo debe tener tras varios días perdido en ese infierno y con síntomas de “delirium tremens” por el tiempo transcurrido sin probar ni una gota de alcohol.






“-Por fin doy contigo Espaugyl.  – le grito desde la cabina-. Sube, date prisa, y deja de intentar beberte esa piedra, ni es un coco ni tiene alcohol”.

Me mira y sigue hablando solo, relatando con voz temblorosa no sé que historia en su localizador:
 “Aunque el vehículo parecía parte de mi alucinación no me atreví a replicar a Lantanique, pues era ella, sonaba segura y autoritaria, además tengo por norma no despreciar una invitación así cuando quien te la hace lleva su uniforme de combate más apretado que los tornillos de un submarino y más escotado que un legionario (con las obvias y apetecibles diferencias pares).”


alucinación ocasionada por el delirium tremens

No me queda más remedio que ir a su encuentro y ayudarlo, pues parece alucinado.




Continuará ????





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