La Fleur du Mal

Aunque las valerosas milicias españolas lograron liberar Catalonia de manos de los gabachos, Lantanique ya no estaba allí para verlo.


Mientras los héroes del lugar se ponían medallitas, a ella un gendarme la trasladaba fuera de Catalonia en presencia del comisario Alex (Halesios para los amigos). La dejó esperando en una habitación sin entender muy bien a qué venía tanta represión: esas palabras soeces de que la acusaban sólo fueron para responder a un niñato con problemas de macho dominante.




Miró a su alrededor, la habitación era demasiado confortable como para ser una sala de comisaría. Había un sofá de cuero negro y, justo cuando doblaba su cuerpo para sentarse a esperar, la puerta se abrió. La entrada impetuosa del tal Alexis le hizo dar un respingo que contrajo su vejiga y este órgano tan sensible estuvo punto de ponerse a sollozar. Tuvo que juntar un poco sus piernas, quedando en una pose un tanto forzada, para controlar los pucheros de su vejiga pues, del sobresalto de ver allí a Halesios, casi se orina encima.




Le acercó una silla y con mucha politesse le dijo: Asseyez-vous chérie…al tiempo que, sujetándola por los hombros, la obligaba a sentarse de un empujón.
-Eres una eciudadana revoltosa, Lantanique. No veo que te adaptes. No sigues las reglas del juego. No participas, sólo criticas. Hoy es tu eaniversario y no sé bien qué hacer contigo: si retenerte, si dejarte seguir… porque tú quieres volver n’est-ce pas, ma chère?


Lantanique asiente mientras su cabeza busca posibles respuestas a ese pedante o resolver la situación con algo original.


Las palabras de Halesios se agitan en su oído. - Voy a proponerte algo: quiero que me relates una historia sólo a mí. Una historia que me intrigue y me emocione. Una historia que me haga sentir evivo. Si lo consigues puede que encuentres a quien quieres encontrar o que él te encuentre a ti.


Ya sabes lo que quiero. Algo perverso, si puede ser
Lantanique se gira un poco hacia Halesios y, mirándolo a los ojos, casi rozándole la cara, le dice que tiene una historia pero necesita colaboración y obediencia, necesita que él sea quien se siente en la silla y se deje llevar por sus palabras.


Halesios accede con sonrisa socarrona. Lantanique se coloca entre sus piernas, sentada en el suelo, y comienza a hablar mientras le va desabrochando la hebilla del cinturón del pantalón.


Dos jugadores, sumergidos en un juego de estrategia en línea. No se han visto nunca. Ella juega a la diplomacia y la seducción. Él juega a la guerra y el amor.




Un día sus alianzas entran en conflicto y él arrasa sus ciudades con todo su ejército - lo siento, eran órdenes y esto es un juego. Sabes que te quiero- se limita a decirle en un mensaje. Ella responde: “Felicito tu ataque a traición aprovechando mis horas de sueño. El premio ya lo obtuviste, ahora mereces el castigo”- Él sonríe por la ocurrencia y juega a averiguar qué maldades le podría hacer ella a través de una pantalla.


Halesios también comienza a imaginar maldades placenteras de las manos de Lantanique que ya ha sacado de un tirón su cinturón.


Barcos cargados de semillas de lantana han llegado a los puertos del jugador. Esa planta crece como una enredadera al tomar contacto con la piel.


El pantalón de Halesios está a la  altura de los tobillos y las manos y la lengua de Lantanique toman contacto con su piel ascendiendo por sus piernas. Él se relaja y confiado acaricia su pelo rizado mientras le pregunta si el jugador corre peligro. Lantanique le explica que sí. Con el objetivo de inmovilizarlo, la planta de la lantana va ascendiendo por las piernas hasta alcanzar otras extremidades. El jugador empieza a asustarse pues nota la presión cálida y asfixiante que, pasando por sus ingles, va hacia su pecho.


Lantanique se incorpora y Halesios la retiene por las muñecas no sea que se escape. Pero ella se coloca a horcajadas sobre él y ligeros movimientos sinuosos sobre su entrepierna hacen que él la suelte, dándole libertad para colocarle los brazos hacia atrás y atarlo con el cinturón al respaldo de la silla. Mirándolo a los ojos le explica que no tema. Lo ata para que entre en situación y sienta la misma inmovilidad que el jugador de su historia.


Las ramas de la lantana rodean los hombros del jugador, y subiendo por el cuello alcanzan su boca hasta taparla para que no pueda pedir ayuda. De la misma manera Lantanique asciende por el cuello hasta la boca de Halesios distrayéndolo mientras le quita la horrible corbata color azul para taparle los ojos. Opone un poco de resistencia, quiere ver, pero igual que las ramas de la lantana taparon los ojos del jugador, Lantanique le tapa los suyos y todo queda a oscuras para que sólo pueda sentir. Y siente en la boca y en su sexo la humedad de Lantanique.


El jugador nota que con su excitación las ramas empiezan a brotar y surgen pequeñas flores de color lila. El aroma es agradable y pierde el miedo. Halesios también ha perdido el miedo y gime de placer. Quiere hablar y pedirle a Lantanique que le deje tocarla pero no puede porque ella casi lo está asfixiando con su lengua. Sus dientes y su lengua se pelean por arrancar pedazos de su boca y pierde la noción de lo que pasa. Y ella serpenteando sobre su miembro y él sin poder hundirse en ella.




Para el jugador, el dolor se transforma en placer primero y luego en pesadilla: las pequeñas flores son urticantes. La jugadora no se siente satisfecha con esa venganza sus lágrimas corren por su cara pero ya no se puede detener.


Lantanique sin embargo sí se detiene. “La historia se ha acabado. ¿Me puedo ir?”


“Sólo tienes que abrir la puerta y salir”.


Y saliendo de allí, llora apenada porque es su eaniversario y, sigue, como siempre, esperando.











Gare aux Cons (cuidado con los cabrones)


Lantanique, que puedo hacer?
ya siento varios de los eSintomas,,,
significa eso que me estoy eMuriendo???
...pero vendrás a recogerme y a decirme que tú
has esperado y puedes esperar más






Con la cabeza como un bombo Lantanique lee y escucha con esfuerzo el mensaje recibido. Da un bote en la cama y se despeja de golpe. Si él ha dado señales de evida ella saldrá corriendo a su encuentro.


A su lado, boca abajo y con medio cuerpo casi en el suelo hay alguien. Con sigilo se acerca y sonríe al  ver que es Lunitas quien dormita con la boca semiabierta. Dándole una cachetada en el culo la anima a levantarse que ya es hora. “Tus ronquidos despiertan a los vecinos, venga tía, espabila que nos vamos”.


Anoche la invitó para  enseñarle su nuevo piso. Lunitas quedó maravillada con el diseño del baño y alabó la original idea de colocar allí su pecera.






Tanto le gustó que prácticamente se pasó parte de la madrugada yendo y viniendo… para vomitar. Y es que los martinis son muy cabezones!


Dispuestas ya a marchar, recibe otro mensaje que le avisa del dominio gabacho en tierras de Catalonia. 
Van caminando hacia la estación, si puede ser irá con Lunitas a Extremadura.


A la altura de un semáforo un coche con unos tipos dentro se detiene a su lado. Uno de ellos se las mira y dirigiéndose a Lantanique le dice en francés:


-hey madame, il est quelle heure?
- Midi -responde Lantanique-
“Señora”, -dice el niñato-,¿no quieres pasar un buen rato?


Lantanique no está para hostias y  prefiere no escuchar a esos gilipollas. Acaba de ver que no tiene billetes suficientes para salir de Catalonia y posiblemente no se pueda ir con Lunitas.
Siguen su camino. El tipo insiste y agarrándose el paquete asoma la cabeza para decirle: “hey madam que estás muy buena y mi polla vale la pena”.




Lantanique acerca su cuerpo al “glande con boca” que hay dentro del coche y suavemente le dice: “parle ainsi à ta mère”.


Las risas de los amigotes le caldean la cabeza y grita desafiante:
-“hey guarra con mi madre no te metas o te arranco hasta las tetas”


Lantanique mira a Lunitas: “este cabrón se merece una lección”. 


-“Tu veux jouer? On va jouer pequeño mamón. Bájate los calzones si es que tienes cojones. Mucho hablar y poca acción, tu ne voulais pas une fellation?




Lunitas alucina. Los tipos arrancan el coche y se alejan.




A pocos metros de allí un gendarme las está observando. Se aproxima a ellas y les pide la documentación. A Lunitas la manda directamente a la estación para devolverla a Extremadura. A Lantanique le pide que le acompañe a comisaría por alteración del orden público y uso soez del idioma oficial.






“Yo sí kiero, pero no puedo. Estoy atrapada”
Es lo único que consigue escribir en su localizador para que él lo reciba.


Ven









Los Celos de Halesios


El eMundo sigue cambiando. Sus eciudadanos siguen inquietos. Se lamentan a gritos pero no van más allá porque están educados en una especie de aceptación estoica de los designios “divinos”.




Siempre hay eciudadanos impulsivos y valientes que se esuicidan a la brava.




Sin embargo, hay una mayoría que prefiere anunciar su emuerte planificada: avisan que irán reduciendo las dosis de su adicción a fin de evitarse un shock anafiláctico. Explican que prefieren hacerlo poco a poco para así asumir el posible vacío que podría provocar en sus evidas el perder contacto con el resto de eciudadanos. La realidad de todos ellos es que, en el fondo, lo que les aterroriza es el proceso que conlleva la emuerte a causa de esta extraña intoxicación: falla circulatoria, angustia, escalofríos y prurito generalizado de inicio palmo-plantar. Los rasgos de la cara se alteran, la faz palidece y se cubre de sudor. El corazón aumenta su ritmo y se vuelve difícilmente auscultable. La tensión arterial desciende abruptamente; las extremidades se enfrían y el enfermo pierde la conciencia, e incluso puede convulsionar.




Viendo el panorama que la rodea, Lantanique acaba creyendo eso de que todas las civilizaciones acaban por destruirse. Según su opinión, el desencadenante del desastre será toda esta tecnología que atonta a las masas.




Bajo las aparentes mejoras de clicar aquí y allá, Halesios está cavando la tumba del eMundo. Todo aquel estado del bienestar que muchos reclaman al rememorar los tiempos felices de la V1 está siendo transformado por la mano que mece los sueños de Lantanique, y de paso también la toca.


Que los cambios no tienen explicación… ¿y qué? Lantanique tampoco entiende la frase con la que su localizador le da la bienvenida, esa que dice: “Conviértete en ciudadano y cambia el mundo”.
- Ah… pero ¿un eciudadano puede cambiar algo?
- Yes, man. Now, I go and I belive it!(hablando en el lenguaje oficial del eMundo para que me entienda “Plato” que, aunque aquí todos seamos bilingües y hasta multilingües, es obligatorio el uso del inglés con las autoridades).


En general a Lantanique le importan bien poco todas esas modificaciones. Tanto le da pegar en batallas lineales que en hexagonales. Ella lo único que hace es pasearse entre la gente, buscando no se sabe bien qué ni a quién.




Cuando se implantaron las Misiones se percató de  que nuevos iconos adornaban la pantalla de su localizador pero decidió no perder el tiempo, y menos aún sus ahorros, en la agonía de conseguir esos objetivos.


La evida bajo un puente resulta un tanto incómoda (y muy poco lógica cuando se tiene dinero suficiente para comprar una casa). Pero es que el mercado de la vivienda Lantanique no lo ha visto nunca claro: Para ella, comprar equivale adquirir y tener algo para siempre o hasta que decidas cambiar. ¿Quién compra una casa que tiene un tiempo determinado de vida? Es por eso que hasta ahora siempre ha vivido en las casas que otros eciudadanos le han regalado.


Ballantines, que está siempre a la última en cuanto a novedades (igual que el Sr. Sumsura), va informando de los futuros cambios… quizás ahora se llamen a las cosas por su nombre y aparezcan opciones de alquiler, que al menos se ajustarían más a la erealidad:  pagas religiosamente tus cuotas mensuales y si quieres cambiar, lo haces, pero no porque se te haya caído la casa encima.


Lantanique imagina lo divertido que puede resultar ir por las e-inmobiliarias para que los vendedores, disfrazados con traje y corbata de primera comunión, se vuelvan locos enseñándote viviendas de todas las formas y tamaños.




Sentada en el puente, con los pies  colgando,  se sorprende del  nuevo recurso que  ¡oh alabado sea Halesios ! permite el envío compulsivo de gritos …
-“Oye, que no es obligatorio gritar” – aúlla Ballantines en un intento de aplacar la furia chillona de los ingenuos usuarios.


Pero lo que no saben estos inconscientes es que ese regalito tiene trampa, es sólo una cortesía del amo para que hagan uso del derecho al pataleo con 30 gritos diarios pero ¡ojo! sólo entre “friends”.
De esta manera Halesios & Co. le jode a Lantanique sus erelaciones internaciones, pues no podrá utilizar esos gritos para captar pececitos fuera de nuestras fronteras. Ya no podrá hacer como hizo con aquel serbio simpático y exótico pero con el que no se entendía porque en su vocabulario había una extraña fijación con las palabras “sex” y “hot stuff” , de tal manera que ella pensó que no le iba bien la temperatura del agua de su pecera y la puso más fría, congelándolo.


Y ¿por qué Halesios hace todo esto? Sencillo: no olvida ni perdona lo miserable que siempre ha sido Lantanique con él.




No olvida la frustración testicular de la última vez cuando ella, espantada al descubrir su verdadera apariencia bajo los efectos de su excitación, salió huyendo de sus brazos. Tampoco le perdona que no oponga la misma resistencia a otros eciudadanos, como comprobó que pasó con el último, un individuo con un miembro para partir almendras y un torso apolíneo con el que Lantanique intercambió palabras y fluidos en los probadores de cierto centro comercial al que fueron a comprar trapitos.




Aunque en realidad lo que más le irrita es que ella siga esperando a otro.








Propósitos para el Nuevo Año

He vuelto a Catalonia.He vuelto a buscar un puente. He vuelto a buscar el mar.
El sol acaricia mi pelo intentando poner orden en esas ideas que se van de un lado a otro de mi cabeza, como esos cabellos rizados que el aire me desordena. Es el mismo aire que envuelve mi cuerpo mientras el agua lame mis pies, dejando una baba salada entre los dedos. Me siento en la orilla y me dejo caer suavemente hacia atrás. Me doy la vuelta. Me gusta estar boca abajo. Me gusta notar cómo el sol, el aire y el agua me van penetrando mientras me fundo en la arena. Pero la arena en invierno es fría y dura: igual de fría y dura que resulta la eVida.




La casa se desplomó algunas horas después de marchar aquel tipo que, sin previo aviso, se presentó cargado con cava y uvas para despedir juntos el año. 




Aquella noche, Lantanique se había arreglado con la esperanza de abrirle la puerta al único eciudadano que anhelaba ver pero la figura que se le apareció tras la puerta penetró como una sombra. 




Vok jamás habría entrado así. De todas formas, creyó verlo en diferentes momentos, quién sabe si por los efectos del cava o porque aquel tipo se transfiguraba a su antojo para enmascarar su verdadera identidad. 
En un primer momento, cuando se despojó de la capucha, descubrió la imagen de un eciudadano que le resultaba conocido, una mezcla entre una ilustración de “El Principito” y  un anime similar al “Son Goku”.


   


Pero después de la ingesta de alcohol (y de sufrir una especie de ahogamiento por no retirar el pellejito a las uvas antes de engullirlas a campanazos), las personalidades se mezclaban y se transformaban aleatoriamente, de forma que no podría decir con seguridad si aquellas manos que le arrancaron la ropa, un tanto bruscamente, fueron las del momio con sonrisa profident,  las del pulpo taxista o las del tipo que se electrocutó una vez con el timbre de su casa (en muchos momentos le parecieron el mismo). 


Tampoco creería que quien la aplastó contra la pared, asiéndola por las nalgas hasta dejarle los dedos marcados y hundiéndole la lengua hasta las amígdalas (cosa que casi le provoca una arcada involuntaria) era el mismísimo Halesios, pues con tanto zarandeo y excitación prefirió cerrar los ojos, que es la mejor manera de no perder la concentración con detalles estúpidos o deprimentes como ver bizco a tu amante en el momento del clímax final.


Y no lo creería porque Halesios, jugando con su mente, evocó palabras, susurros y caricias que Lantanique reconocía en otro:
 “te levanto los brazos y con mi mano izquierda te sujeto por las muñecas; con mi rodilla te separo un poco las piernas y los dedos de mi mano derecha te rozan ligeramente mientras con mi lengua te lamo el cuello hasta llegar a los labios que tu entreabres esperando que los mordisquee suavemente con mis dientes”.  


Llegados a ese punto, la tensión del momento provocó la sensación de desvanecimiento y de caída al vacío por lo que Lantanique se sujetó con fuerza a la cabeza de aquel tipo y abrió ligeramente los ojos. De forma instantánea llegó el deshielo. Ver la cara de un tipo desconocido gimiendo con los ojos desencajados la paralizó como si un sablemortal la hubiera traspasado.


¿Qué hacía ese tipo allí? ¿Dónde estaba el muñeco Son Goku … Acaso no era realmente Vok quien le susurraba al oído?


La casa se empezó a resquebrajar. Horas después acabó por desmoronarse completamente.






La playa está casi desierta. Es la tercera vez que veo pasar al mismo tipo corriendo. Como siga así al final acabará pisándome la cabeza. 




Con el rabillo del ojo veo cómo se aleja. Pero ¡qué curioso! ahora vuelve, corre hacia atrás y sin volver la cara… Viene hacia mí. La moviola se detiene.  Y se pone a hacer unos estiramientos en mis narices.




Se agacha y en cuclillas me saluda. Instintivamente me incorporo porque temo que pierda el equilibrio y alguno de sus miembros me salte un ojo.


Está usted enfadada con el emundo o me lo parece?  
Cuál es tu Nick? 
Um.. me das tu msn? 
Es que me gustaría conocer si podemos mantener una e-relación sentimental…


Encuentro que estos eciudadanos tienen una manera extraña pero divertida de entrar a saco.


Me propone ir a comprar en las rebajas y me parece estupendo porque mi ropa está hecha un asco y necesito renovar el vestuario.









Soledad Virtual




En otro tiempo y en otro lugar, Lantanique no se habría preguntado dónde y con quién pasar Fin de Año.


Embozada en el edredón y hecha un ovillo, se despertó esa mañana más fría que de costumbre. 
En otro tiempo y en otro lugar también despertó en mañanas frías pero con la tibieza de un cuerpo que la acompañaba y al que se podía abrazar con la tranquilidad de que esa dulce sensación le pertenecía. Sin embargo, en este eMundo esa dulce sensación va con  las horas contadas  y se desvanece como algo efímero, pareciendo producto de su imaginación. De la misma manera ocurre con todos esos mensajes acumulados en su localizador; algunos misteriosos como el que está leyendo ahora, que le dejan una extraña sensación de desconcierto por lo que dice que pasa mientras duerme.




"Buen Dia
se que no estare despierto cuando tu despiertes, asi que aprovecho que ahora estoy despierto y te envio un mensaje adelantado, Buenos dias, espero que hayas dormido rico, y que lo que resta del dia que comenzo sea una experiencia muy agradable e inolvidable...
no te diste cuenta pero mientras dormias me cole en tu casa, por una puerta secreta que no conoces, y pase toda la noche observando como dormias, besando suavemente tus labios, y acariciando delicadamente tu piel, tu solo fingias estar dormida, al final, me di cuenta, y no pude contenerme y te tome y te hice mia muchas veces, y al amanecer, despertaste y solo te quedo el recuerdo, ya que todo habia sido un sueño... y ahora solo tengo recuerdos de ese momento, y me imagino nuestros cuerpos chocando entre si, apasionadamente te tomo y te hago el amor con todo el deseo que puedo, y pasamos largas horas juntos en ese cuarto, tu cuerpo sobre mi, siento tu figura sin igual, y la recorro con mis manos, y esa piel tan suave y delicada, que me hace sentir lo que ahora siento, justo cuando pense que nada tenia sentido, apereciste en mi evida como un angel para rescatar mi alma, ahora te haz robado mi corazon y no te haz dado cuenta, y yo no podre vivir sin ti, porque no puedo vivir sin el...., y yo solo puedo imaginar tu cuerpo junto al mio, solo eso puedo hacer..."


Ella no lo sabe, pero el mensaje es de Halesios (es por eso que hay faltas ortográficas y de puntuación… y de otras cosas).


Hace un tiempo y en otro lugar, el Sumo Hacedor decidió camuflarse por medio de multicuentas entre los ingenuos acólitos del juego. Ser la sombra que renace como el ave Fénix es una más de las satisfacciones que le proporciona su eMundo.


En este momento y en este lugar, Halesios ya no se pregunta con quién pasará Fin de Año. Sus emujeres no le echan ya en falta, ni siquiera sospechan que ande de nuevo por allí. Para evitarse la incomodidad de ser visto buscando a Lantanique entre puentes y antros la ha metido en esa preciosa casa que, por cierto, tiene los días contados, como los de ella misma.




Más difícil ha sido mantenerla alejada del patio de vecinos donde se reúnen los eciudadanos necesitados de protagonismo y, quién sabe si también de ayuda terapéutica por parte de profesionales especializados en las distintas patologías que se sabe sufren, si no todos, casi todos. 
No es raro escuchar, pululando por los diferentes canales, gente que se saluda o se insulta con frases inverosímiles del tipo: “te follo el ano” (muestra inequívoca de que quien lanzó ese grito sufrió en su más tierna infancia el descuido maternal del cambio de pañales y de ahí su odio y obsesión por la zona de evacuación).  
En otro estilo, pero también curioso, tenemos las muestras de los abusan desmesuradamente del “ceceo”, o de los que mezclan en su discurso frases y palabras en diferentes idiomas, en una especie de “dislexia verborreica”, (causada posiblemente por las largas horas frente a la pantalla saltando de la zona ingame a la zona outgame). 
En muchos comportamientos se aprecian algunos de los signos inequívocos de quienes padecen un “trastorno bipolar”, pues paseándonos por esos canales encontramos que algunos eciudadanos están en dos o tres al mismo tiempo (hiperactividad), los hay que no soportan la intromisión de otros eciudadanos en sus intervenciones y los banean incomprensiblemente (grandiosidad), a muchos los encuentras a todas horas  (disminución del sueño), y otros cambian de conversación por  cualquier tontería (distraibilidad).




Para Lantanique asomarse a ese otro lado ha sido un acto de eamor, de búsquedas y encuentros a veces gratificantes, a veces desalentadores… Momentos divertidos, momentos insufribles… con gente fascinante, interesante, irreverente, pedante. Gente extraña en todo caso. O quizás Lantanique sea la extraña. 


El localizador se mantiene en silencio y todo a su alrededor es silencio. Sigue sin noticias de Vok, ni siquiera su ejefe se acordó de ella en un día así, y ¿qué ha sido de ese misterioso que dice dormir con ella todas las noches? ¿Qué ha sido de los que se fueron sin despedirse? ¡Qué triste tener tanta imaginación! … Y qué pena un  Fin de Año sola en esa eCiudad.

Pero Lantanique no sabe que una sombra está cerca.













Feliz Año Nuevo